viernes, 20 de abril de 2012

OTRA VEZ MERIDA Para Luisito

Meditando pensaba un burrito en la carretera que por qué sería tan bella la zona alta de Mérida, y consultando conmigo me hizo opinar así: Que los Andes son la vida de este nuestro país. Mérida es una ciudad con paisajes muy hermosos donde juegan las cascadas y nunca están en reposo, porque juguetean con los aires y hasta con las golondrinas, por eso nos extasiamos mirando a la gente andina. Mérida es una ciudad que da paz al caminante, sus alrededores nos hacen vivir la vida con intensidad y sin prisa. Mirando sus paisajes, saboreando sus dulces, sus comias, tocar con la mano el agua que se nos brinda en las carreteras, conversar con su gente, apreciar la calma y la quietud de todo aquel ambiente maravilloso. Cuidarse en el camino, no andar con prisa, alimentándonos el alma para volver a nuestra ciudad a la tarea cotidiana y luego volver a los Andes queridos, en cualquier camino vemos a un muñequito de Jade ofreciéndonos miel, flores, dulces y cosas gratas al visiante. Ver Mérida y después regresar reconfortados por la naturaleza divina dada por Dios para deleite de todos nuestros sentidos y sentir la plenitud del éxtasis que se nos brinda como ambrosía para hacernos de pan y de miel de amor. Vayamos pues a esa ciudad tan bella a tomar lo bello y puro de ella, para sentirnos humanizados y agradecidos porque nuestro país es digno de quererlo y de sentirlo, llevándolo muy dentro, en lo profundo de nuestro corazón y pensamiento.

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