viernes, 15 de marzo de 2013

AL MONSEÑOR EUSEBIO GOENAGA.


 
Con su bondad y cariño, con la sabiduría que Dios le ha dado, nos ha enseñado a ver a Dios a través de su palabra en las misas de la Iglesia San Agustín.

Loado sea Dios por darnos a un evangelizador tan bueno, tan claro  al dar la palabra.

Con sus años a cuestas y pleno de vivencias bonitas se ha acercado a nosotros y estamos contentos en su regazo como representante de Dios. Donde llegó allí estampó su sello de buen predicador.

Benditos sean los seres que nos acercan a Jesús, a nuestra Madre María, a los Santos, que nos hacen la palabra clara y transparente
para entender la sabiduría que nos da la libertad para amar a nuestros hermanos como Dios nos ama.

Nos toca ahora decirle hasta luego- se marcha - deber cumplido-
cosecha fértil y logros maravillosos. Le decimos hasta luego porque siempre estará en nuestros corazones y donde él esté sentirá el calor humano que lo acompaña.
 Adelante Monseñor Goenaga, no sembró en tierra estéril la cosecha fue buena y Dios lo premiará.

Yolanda Peraza


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