martes, 24 de abril de 2012

LA MADRE

Hay vacíos que no se pueden llenar/ ni con las aguas del río ni con las del mar./ El recuerdo de la Madre queda imperecedero Hasta el final./ A cada recuerdo una lágrima o una sonrisa por igual./ La sonrisa por haberla tenido y la lágrima por su ausencia corporal./ Porque espiritualmente sigue en todo momento del estar.

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