Fue Pablo Neruda el insigne poeta que cantó a la vida y cantó al amor. Su vida era un poema, las aguas claras del mar se le brindaban gozosas esperando de él una poesía y así encontró el amor.
El poeta se quedó en el mar y no regresó del mar, pero se quedó en su Chile y se quedó en su poesía, en ti y en mi, en los que amamos los días silenciosos y las noches cálidas
y plenas de luz, en la mirada fija y en los atardeceres con lluvia, allí enmohecidos por el tiempo se quedó el poema y se nos fue el poeta. Por un poema dicho por tu boca se enrojecerían mis mejillas y por un beso de tu boca me quedaría buscando eternizarme en ti.
Los poetas son como la lluvia que hacen florecer la planta y alegran los caminos. Mientras haya poesía habrá esencia.

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