La sonrisa de un niño
el atardecer larense
el encanto de las hadas
el susurro de tu voz
tu presencia y tu compañía
hacen latir mi corazón.
Amo la vida en todo tiempo,
palpita mi corazón al ritmo
de la existencia.
Mis ojos se nublan y quedo invidente
cuando veo la incomprensión
del hombre, de la gente.
Por eso me dijo : Dios en mi
yo en su presencia.
viernes, 9 de diciembre de 2011
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