viernes, 30 de diciembre de 2011

En cualquier tiempo en cualquier lugar.

El mar estaba en calma, las olas reboloteaban sobre los cuerpos extasiados con el sabor salado del agua y el acariciante sol. Lejos muy lejos se divisaba un barco,un barco
que la inmensidad del mar lo hacia más grande. Allí en aquel barco dibujándose como un dios, el marino jugaba con las dimensiones verdes y de otros colores . Hacia tiempo que miraba todo aquello ajena por completo a esa voz interior que muchas veces nos domina, unas para soñar y otras para sentir que la luz del firmamento no brilla igual y que los ojos han perdido su videncia. Recordando los días felices sentía un sabor amargo en los labios y las imágenes pasaban por mi mente como una gran película que al igual que la alegría y la tristeza no tenía fin. Ante la lluvia que mojaba
mis pies no podía dejar de recordar cuando paseaba por el Par
que en una tarde en que la lluvia no me permitía caminar
sin sentir las gotas de rocío que acariciaban mi cara. Allí
en el firmamento todavía estaba impresa la imagen de él, el
que con un gesto heróico trataba de no sucumbir ante el do-
lor inmenso de perderse por tantos años, era muy duro lu-
char, luchar contra el más fuerte, nada se podía hacer, só-
lo esperar, tener la paciencia de Jot y decir adiós a los
mejores días, alimentarse con el pasado y tener fe en el por
venir, aún cuando no viniese nunca, sin embargo, la vida era
dura y los días se iban haciendo más largos, mucho màs lar-
gos, era triste recordar imágenes venidas de un pasado lle-
no de optimismo e inocencia.
Allí en medio del mar una mujer pensaba en un escritorio
que sorpresivamente tenía una rosa rosa, una nota de amor y
el encanto de un gran amante, el amante que ya sería impe-
recedero en élla. Así se quedó dormida, mientras el mar se-
guía su ritmo y las olas iban y venían.

jueves, 22 de diciembre de 2011

HUNDIENDOSE EN EL MURO.

Que reconfortante es para cualquier ser amante del Teatro sentarse en una butaca y ver con placidez una Obra de Teatro.

Simón Colombo nuestro primer actor se luce en escena en momentos de reflexión y análisis con la pieza ¨Hundiéndose en el Muro¨del talentoso Adriano González León. Logró Simón en esta pieza que no haya aburrimiento y mantiene el ritmo de la obra todo el tiempo en ese cento de escena.
Esta obra nos lleva al análisis del no hacer del trabajo
un único centro del existir,hay que buscar y sentir las otras razones deel vivir, la familia, los mentos de compartir, para no hundirse en el muro despuès de vivir esta etapa también importante en nuestra vida.
El Teatro es eterno y tiene que ser así, el Teatro es jo
ven en la inmensidad del tiempo.
Me alegra ver reflejado en este trabajo el esfuerzo y el talento de una mujer eternamente enamorada del Teatro Sonia Altuna fiel a su idea, viviendo en su medio. Que sigan cosechando aplausos y nos den su talento para sentir la vida en esa proyección que nos dejó el querido Profesor Carlos Denis (Q.E.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Mi casita es mágica

Mi casita es mágica en ella moran corazones limpios que no llevan ni la envidia ni la dejadez en ellos. Es acogedora y da paz, esa paz que encontramos en las cosas sencillas, carece de lujos pero tiene el aura blanca y nada puede cambiar su belleza.

En las tardes cuando me agobia el cansancio y llego a mi casita bella me acoge y cobija un mueble grande que me cautiva y roba. En las noches cuando no puedo conciliar el sueño recorro mi casita pequeña y doy gracias a Dios por bendecirla todos los días.

Te invito a hacer de tu casita un santuario de paz y de amor en la humildad y belleza de las cosas bendecidas por las palabras y acciones positivas que cada ser posee.

EL AMOR Y LA NAVIDAD.

El amor y la navidad se complementan
porque conllevan al desprendimiento y alegría
cuando se está en compañía.

Hagamos de estos momentos
un espacio de oración
por los más necesitados
que no conocen el amor.


El amor bello y sincero
que se da con desprendimiento
y hagamos un mundo nuevo
hecho de sentimiento.

En su presencia

La sonrisa de un niño
el atardecer larense
el encanto de las hadas
el susurro de tu voz
tu presencia y tu compañía
hacen latir mi corazón.

Amo la vida en todo tiempo,
palpita mi corazón al ritmo
de la existencia.

Mis ojos se nublan y quedo invidente
cuando veo la incomprensión
del hombre, de la gente.

Por eso me dijo : Dios en mi
yo en su presencia.

No te acobardes

No te acobardes ante la vida
dale el frente al cualquier situación
el tiempo cura todas las heridas y
nos va dando la razón.

No calles ningún sentimiento
y haz que mande el corazón
el es el que nos guía y negar
un sentimiento es un error.

La vida es para vivirla
y al final no debemos
tener roto el corazón.

Entreguemos nuestros errores
como parte de una experiencia
a veces no son errores son
circunstancias adversas
o quizás así estaba escrito
en el legado de Dios.