Madrecita te fuiste
pero quedaste en mi corazón,
en este corazón tan arrugado
por la tristeza de estar sin ti.
Los vacíos son hondos,
profundos en la inmensidad
de mi ser.
Ocupas espacios en el amor,
en la tristeza y también
en la alegría.
Madre serás siempre en mí
bálsamo a mis heridas
lágrimas de mis ojos.
Inmensamente estás en mí.
sábado, 25 de junio de 2011
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