Con un corazón de oro
Y manos de seda
Desempeñaste el cargo
De enfermera.
Pero además de samaritana
Dios te dio el legado
De hacerte madre.
Entre los deberes cumplidos trabajaste,
Premiándote el Universo
Al darte larga vida.
Se debaten los recuerdos
Entre el ayer bonito y el hoy
Lleno de vacíos
Pero quedaste en los que conocieron
De tu bondad.
Cobíjanos madre entre tus brazos
Y llénanos de ti para no sentir
Tu ausencia que nos hace morir.
lunes, 24 de mayo de 2010
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