Hay que seguir en la vida
con tristezas y alegrías
hasta que Dios nos diga
está bueno y nos vayamos
al cielo, claro si nos ganamos
el cielo.
Hazte pues merecedor
a la llegada al cielo
entiende que la vida es
para dar mucho consuelo
a los que están sufriendo
por alguien y requieren
el consuelo.

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