Te quiero por bondadoso,
por gentil y caballero,
te quiero por todas las cosas bellas
que hay en el mundo entero.
Te quiero en el silencio de la noche,
en las frescas mañanas de invierno.
Te quiero en el silencio cómplice
de mis anhelos.
Pero no le digas a nadie lo mucho
que te quiero.
El mundo no debe enterarse
porque sentiría envidia
y no brillarían los luceros.
Te quiero de extremo a extremo
y en el Alfa y Omega me detengo.

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