Cuando se hace el silencio la palabra juega en mí y todo comienzo resuena para volcarse en ideas sueltas que van concatenándose para remitirse a la realidad. Imaginación que vaga taciturna y clara por los sitios donde retumban los monstruos malignos y la ambiguedad. En la esperanza de un rayo de sol, camino, corro, me adueño de tus alas y me alzo en la mitad del
camino. Ya falta poco por recorrer, a mi alrededor lamentos, llantos, penas y a veces ligeros destellos de alegría. Al recorrer el espacio me debilito pero mis ansias de estar y de volver me permiten alzar nuevamente vuelo y remontarme más allá de todo el silencio, de toda la oscuridad y hacer la luz, luz que se proyecta y me permite vencer todos los obstáculos para llegar a ti. Alegre tomo tu savia, tu alegría y me reconforto en tus ideas sueltas al viento. Néctar divino, licor de dioses, dándome vida me sentencian a muerte y así voy girando, girando hasta que en actitud pasiva dejo descansar mi pensamiento. Allí lejana se alza una montaña, nubes, cielo, peñascos de brillantes colores. Respiro, me transmuto y como sucede
en las almas sin cuerpo me esparzo en luz recorro caminos en forma que no puedes ver y así
en infinito , en espacio y sin tiempo puedo entender la grandiosidad del alma, sus matices, sus colores, las palabras, sensaciones que hacen valorar el ente universal dador de vida. Así en
éxtasis penetro en todo lo visible e invisible.
jueves, 4 de septiembre de 2014
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