Hay vacíos que no se pueden
llenar, ni con las aguas del río
ni con las del mar.
El recuerdo de la madre
queda imperecedero hasta
el final.
A cada recuerdo una lágrima
o una sonrisa.
La sonrisa por haberla tenido
y la lágrima por su ausencia
corporal, porque espiritualmente
en todo tiempo ella está.
A MI MADRECITA
AUSENTE CORPORALMENTE
PORQUE QUEDO EN MI.

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