Oye mi voz en la lejanía
a plena luz del día.
Mi mente se ofusca al pronunciar
tu nombre que no encuentra eco
a mi llamado.
No intuyes mi silencio
y mis sentidos besos
que dulcemente se posan en ti.
Reacciono a esta soledad y me envuelvo,
regreso de ti y vuelvo a sentir que vivo.
Vivo para anhelarte, para pensarte
y ser en ti.

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