Los abuelos de San Vicente
le rinden culto a Dios
en oración.
Allí es bienvenido
el que es limpio de corazón.
Benditos los hombres
que sin mezquindad y con amor
dan el pan al que tiene hambre
cobija a los que necesitan.
Abriguemos en esta difícil
situación a los abuelos
en el acercamiento a Dios.

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