QUE NUNCA PONGAMOS TRISTE A NADIE.
Unas palabras muy ciertas dejó en su Iglesia Monseñor Eusebio Goenaga: "Que nunca pongamos triste a nadie".
Verdaderamente ciertas estas sabias palabras, en la vida estamos para servir y no para ser servidos, el amor a Dios se manifiesta en la bondad con que tratamos a nuestros hermanos, en la voluntad de hacer el bien sin mirar a quien y a prestar el servicio oportuno a quien lo necesite.
Ahora en este momento llega a mi mente el Hogar de ancianitas San Vicente de Paúl, visita a estas jóvenes ancianitas mitiga sus tristezas, o id a otro lugar donde te reciben con amor y cariño, brinda lo mejor de ti y
Dios premiará tu acción de bondad y amor, está bien por
dentro y te sentirás bien por fuera.
Que el amado Jesús haga que asimiles en su palabras y que cada día entendamos mejor su sabiduría.
Amén, amén, amén.
Yolanda Peraza