Beso tu frente abuela mía
y mi corazón se llena de
alegría.
Tomo tus suaves manos
y siento la candidez de tus
años idos.
Son tantas las historias
que nos haz contado
y las risas compartidas
de tus chistes.
Te imagino quieta,
tomo el aliento de la vida
en tu perenne recuerdo
en mí, hasta siempre.

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