La felicidad se compone
de pequeños momentos
que llenan el espíritu
de fuerza interior
para seguir en la vida.
El calor tierno y humano
que nos envuelve
nos conduce por la fuente
inagotable de paz profunda,
anhelos y esperanza.
Mientras el inexorable
tiempo se encarga de nosotros
sigamos en este ir y venir
con optimismo y fe hacia
ignotos parajes que el mismo
tiempo se encargará de descubrir.
Adelante en mis alegrías
como también en mis tristezas
el mundo no derrota al que
tiene fe y amor para dar
y manos para bendecir.
sábado, 3 de marzo de 2012
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