lunes, 15 de junio de 2009

A PETRICA

Con un corazòn de oro
y manos de seda
desempeñaste el cargo
de enfermera.

Pero además de samaritana
Dios te dió el legado de ser madre.

Entre los deberes cumplidos
trabajaste premiándote el Universo
con larga vida.

Se debaten los recuerdos
ente el ayer bonito y el hoy
lleno de vacìos
pero quedaste en los que conocieron
de tu bondad.

Cobíjanos mamá entre tus brazos
llénanos de ti
para no sentir tu ausencia que nos
hace morir.

A MI MADRE

Lejanos los dìas
de tu compañía
me cobijo con tu recuerdo.

Vivencias que entristecen
el alma por tu ausencia.

Razona la mente
es lògica tu partida
el tiempo es inexorable
los dìas pasan
el cansado cuerpo
necesita reposo.

Paz madre mía para tu cuerpo
bendiciones de Dios para tu alma.

Madre mía.

Benditos los hijos
que son buenos hijos
cuidan a sus madres
con esmero y cariño.

Cuando sea mas vieja
dulce hija mía
dame consuelo
en mis agonías.

Consiénteme siempre
mira que algún día
me iré de tu lado
quedando en ti
para hacerte compañía.

Benditas las Madres
blancas o negras
sensibles y tiernas
que entregan su vida
en ofrenda
haciendo de los hijos
el símbolo de su alegría.

Todos los dìas
son tu día Madre mía.

RINA

Abrázame hija
necesito de ti
cuídame ahora
como yo antes a ti.

Bésame hija
estrèchame en tu brazos
quiero cobijarme
porque el corazón se rompe
en mil pedazos.

Quiero tu alegrìa
tus deseos de vivir
porque los míos a veces
se cortan y no quiero sonreir.

Benditos los días
de tu compañía
cuando jugueteaban y yo los veìa.

Ahora en ausencia y ya formaditos
a cada uno le doy un besito.

Dios me los bendiga
hijos del amor
dados a mi vida
con gran fervor
por el Ser Supremo
el Divino Dios.

Amado Poeta

Tienes el encanto de una mañana de sol,
tu sonrisa el reflejo de aguas cristalinas,
tus suaes dedos al pulsar el cuatro
oa dulce sensaciòn de la aridez de la tierra
y el invierno en conjunciòn reflejan en ti,
lo maravilloso de tu alma bella.

Amo el encanto de tu inspiraciòn,
eres el poeta de las noches cálidas,
llevas en tu sangre el ardor del negro
y en tus venas el amor compensado en ternura.
Amas a tu tierra y a su gente buena
reflejo del tiempo y profundas penas.

Amado poeta de mi tierra bella
pulsa ese cuatro y alcanza una estrella.